miércoles, 11 de febrero de 2009

Un cigarrillo, y otro, y otro más.
Y te espero, siempre te espero.
Afuera llueve lentamente. El agua empapa la ciudad y malcría mis oídos.
Te pienso, se me da por recordarte una vez más.
Estás lejos, lo sé, puedo sentirlo.
Tan lejos como el lugar de donde vienen las gotas.
El humo, la ventana, el olor a lluvia, una hoja anémica, extrañarte de manera insoportable, arjona de fondo.
¿Qué más se puede pedir?
La ciudad está gris, y me gusta, me gusta cuando se parece a mi interior.

1 comentario:

LA GORDA dijo...

me gusto lo de "malcría".
Juegas con las palabras, no,les tienes miedo y está bien.
te invito a www.diariolagorda.blogspot.com
no para cualquiera...