Te recuerdo, en estas horas interminables, donde mi calma se esfuma en esos días fríos que tanto te gustan, pero que ya no son para mí algo anhelado, por el contrario se convierten en el reflejo de mi alma, de mi cuerpo y de mi corazón. constantemente me pregunto, sin obtener respuestas, qué fue lo que pasó. mi mente retrocede buscando ciegamente un indicio, un pequeño detalle que me haga comprender y visualizar el momento en el cual te perdí, ese momento en el que abriste tus efímeras alas y comenzaste a volar, lejos de este sentimiento que quedó en mi tan arraigado y no me deja respirar. mi consuelo desaparece lentamente como brisa, al no encontrarlo siquiera recordando esos momentos en los que me hiciste tan feliz, en los cuales lograste derrumbar ese muro que había logrado levantar hacia la vida durante 17 años, ése que me protegía del dolor y me hacía valiente al saberlo conmigo. sabes qué? me enseñaste a aprender y a mirar, a jugar y a sentir, a quererte e inevitablemente a necesitar esa magia que te hace único ante estos ojos tristes y sombríos. Extraño tus locuras, tus miradas, tu carácter fuerte, y esos pequeños detalles que se grabaron en mi mente y que me hacían sentir única por primera vez en la vida, pero por sobre todo, extraño tus besos y caricias en el momento adecuado, sí, esos mismos, ésos que me daban libertad y me abrían una puerta que había soñado tanto y que se cerró de repente delante de mis ojos, que se habían abierto sólo para conocerte y quedaron así, sólo porque pudiste encontrarme.
2 comentarios:
no solamente sos diosa, sino qe escribis re bien.
POR DIOS QE MUJER.
Buen�simo lo que escribes, me gusta leerte siempre, completamente de acuerdo con el comentario anterior.
Hermosos ojos por cierto...
Publicar un comentario